martes, 1 de marzo de 2011

F E B R I L


El fuego despidió más calor y quise gritar, suplicar que alguien me matara antes de vivir ni un segundo más con aquel dolor, pero no podía mover los labios, porque el peso aún estaba allí, aplastándome.
Febril; libro 3 by Isabella Swan. Amanecer.

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