Te hieres por fuera tratando de matar lo que hay dentro de ti. Cada corte representa un dolor y un padecimiento diferente. La sangre que escurre es la contaminación que tratas de expulsar de tu cuerpo, lo que te carcome las entrañas. No funciona, y lo sabes. Es una cura momentánea. EL dolor vuelve después con más fuerza que antes. Te vuelves a auto mutilar. Es un ciclo interminable. O tal vez no lo sea, ¿te has preguntado qué sucederá cuando no tengas nada más que cortar?
No hay comentarios:
Publicar un comentario